Con esta tabla, que según la historia fue construida por Pitágoras para enseñar a multiplicar a los mas pequeños, podréis ayudar inicialmente a los más pequeños de primaria a hacer sus cálculos matemáticos.

Durante estos años, he enseñado a mis niños a multiplicar con las tablas de multiplicar 1×0=0, 1×2=2,…, pero gracias al nuevo método que vamos a implantar el curso que viene, recordé la Tabla Pitagórica, tabla que hoy os dejo aquí.

Para los que tengáis hijos en 2º o 3º de Primaria, tomaros esto como un juego, hay diferentes formas de hacer uso de ella, dejar volar vuestra imaginación. Y para los que dáis matemáticas en uno de estos dos cursos, os la dejo para que podáis ponerla en práctica a la vuelta de vacaciones.

tabla pitagórica

Buscando actividades para realizar y reforzar con mis chicos las decenas…

He encontrado este bonito cuento de Luz del Olmo. Por supuesto, no lo he dudado ni un segundo en enseñároslo. Lo tenéis en dos formatos: Vídeo y texto.

 

Las Unidades que llegaron a ser Decenas

En un lugar muy frío de cuyo nombre no puedo acordarme, vivían los números que conocemos: 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9. Ellos caminaban solos y estaban contentos porque todos tenían su nombre. Pero un día el 1 se puso a llorar:

-¿Por qué lloras? – Le preguntaron el resto de los números.

-Porque tenemos nombre, pero nos falta el apellido.

-Es verdad- dijeron todos a la vez.- No tenemos apellido.

Mientras los números caminaban solos por aquellos lugares tan fríos, pensaban y pensaban. Hasta que de pronto, el 1 dijo:

-Ya sé… ya tengo apellido, me llamaré “una unidad”.

Entonces el 0 dijo:

-Qué bien entonces yo seré ”cero unidades”

Ahí mismo dijo el 2:

– Yo me llamaré “dos unidades”.

Y así siguieron tres unidades, cuatro unidades, cinco unidades, seis unidades, siete unidades, ocho unidades y nueve unidades, y todos se dieron cuentan que eran de la misma familia, porque tenían el mismo apellido.

Algún tiempo después, todos los números se sentían muy bien en aquel país del frío de cuyo nombre no puedo acordarme, pero todavía se sentían solos. Hasta que un día, a una unidad (que era el número 1) se le ocurrió juntarse con el “cero unidades” para jugar y caminar juntos, y se dieron cuenta que podían formar otro número que como ya saben, se llamó 10.

Pero a 1 le gustó tanto, que después se juntó también con otro 1 que por allí pasaba y formaron el 11, y después lo hizo con el 2 y formó el 12 y así hasta formar el 13, el 14, el 15, el 16, el 17, el 18, el 19 y descubrieron que era muy divertido hacer las cosas entre los dos.

Pero la felicidad no es completa. Mucho después el número 1 se entristeció de nuevo, porque el 10 no tenía apellido. Otra vez el resto de los números tuvieron que pensar y pensar, hasta que el mismo 10 se dio cuenta y llamó a los otros:

– Ya lo tengo!. Si yo me llamo diez y soy diez cosas, me llamaré “decena”

-Bien!-dijeron los otros, pero entonces…

– ¿Nos quitamos el apellido “unidades” cuando estemos juntos?

-Noooooo!-

Dijo el 10- No!.

– Yo por ejemplo, seré una decena y 0 unidades

– Y yo? -dijo el número 11, ¿Cómo me llamaré entonces?

-Muy fácil- explicó el número 10. Tú serás una decena y una unidad

– Y ¿Yo?- dijo el 12 que sabía que siempre iba detrás del 11

– Tú serás una decena y dos unidades le dijo el 10

– Ya sé -dijo el 13- entonces yo seré una decena y tres unidades

-Es muy fácil- dijo el 14- yo una decena y cuatro unidades

-Sí, sí,-dijo el 15- siempre que esté el 1 va a ser una decena porque hay diez cosas juntas y luego, cinco, seis, siete, ocho o nueve unidades.

-Bien bien!! Gritaron porque ya todos lo habían entendido.

Y desde entonces en aquel país del frío hizo más calor, porque los números habían crecido. Las unidades ya sabían cómo convertirse en decenas.

Un año más, llegadas estas fechas, empezamos a trabajar las sumas con llevada.

El método es sencillo y su explicación no lleva mucho tiempo. El truco: trabajarlas todos los días. El día que explicamos las sumas le dedicamos toda la tarde y durante toda la semana, una hora al día como poco. A partir de ahí, las trabajamos todos los días, pero ya el tiempo que le dedicamos disminuye y es ahí donde entra el trabajo de las familias. Es muy importante que ellas también las realicen todos los días en sus casas.

Los pasos que tenemos que dar son los siguientes:

1. Siempre empezaremos a sumas por la derecha, es decir, las unidades.

2. Sumamos los dos sumandos, indiferentemente, de arriba a abajo o de abajo a arriba. Si el resultado es inferio o igual a 9, es decir, solo una unidad, no estaremos ante una suma con llevada. Parece algo muy evidente, pero para niños de 6 años, no lo es.

3. Si el resultado es igual o superior a 10, estamos ante una suma con llevada. Y aquí entran en juego las decenas. En el ejemplo que os pongo, el resultado de la suma de las unidades ha dado 11. El 1 de las unidades se queda abajo, el 1 de las decenas lo pongo en la columna de las decenas, siempre en la parte superior para no causar confusión cuando expliquemos las restas con llevada.

4. Y ya en último lugar, sumaremos las decenas, sumaremos todos los dígitos que tenemos, en el que caso que os exponía anteriormente, sería 2 + 4 + 1 , siendo el resultado 7.

5. Finalmente, tendremos la suma terminada. Resultado final: 71.

Ánimo, y ya me contaréis que tal con vuestros chicos.

Esta vez, me he saltado unas cuantas, pero no podía esperar.

Tenía muchas ganas de enseñaros el truquito de la tabla del 9.

Pero antes de contároslo, tenéis que recordar que lo importante es que vuestros alumnos comprendan el concepto de la multiplicación y se aprendan de forma regular la tabla del 9, en este caso, que ya habrá tiempo de contarles el "truco".

Recordar que la multiplicación consiste en sumar un número tantas veces como indica otro número. Así 9 x 4 es igual a sumar 4 veces el valor de 9 por sí mismo ( 9 + 9 + 9 + 9).

Y ahora ya si, vayamos a ver como sin memorizar la tabla del 9, podríamos escribirla. Para ello, os adjunto una imagen. Lo importante es que os fijéis en las columnas de la derecha. En el resultado. Si os fijáis, las decenas crecen, frente a las unidades que decrecen. Lo difícil de este truco es hacerlo sin lápiz y papel. Pero bueno, para ello podremos utilizar los dedos de las manos, pero eso ya ¡otro día!